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NOS FUIMOS ACOSTUMBRANDO

by Paco Palafox


NOS FUIMOS ACOSTUMBRANDO
Paco Palafox
1997


Otra vez sentado junto a la ventanilla, con el cinturón de seguridad puesto y la revista de la aerolínea en mi mano, al sentir el movimiento del avión dejé a un lado la revista y me dispuse a disfrutar la emoción del despegue, mi capacidad de asombro parecía renacer al ver como las cosas se iban haciendo cada vez más pequeñas.

Y no es que nosotros nos estuviésemos haciendo grandes, simplemente nos alejábamos de ese lugar en un impresionante 727; al irse desdibujando el aeropuerto, la ciudad y todo lo que se podía ver, vino a mi mente el recuerdo de la emoción que tuve la primera vez que me subí a un avión; esa emoción había comenzado desde que supe que iríamos a la playa en avión, hacían ya bastantes años, recuerdo que la noche anterior al viaje no pude dormir; más que por la playa, por saber que iba a volar; ese viaje lo disfruté como lo que era, un niño; todo era nuevo y emocionante, ponía atención a todo lo que la azafata decía, estaba pendiente a los letreros de “abróchese su cinturón” y “no fumar” al apagarse y encenderse, en fin, fue algo inolvidable.


Hace algunas semanas tuve la oportunidad de acompañar a Marcos Witt y su equipo a un país del sur del continente; el viaje duró sólo diez días y en ese lapso se visitaron varias ciudades, lo que equivale entre salidas, llegadas y conexiones a más de doce vuelos; esto, aunado al cansancio y saber que las indicaciones antes, durante y al final del vuelo son las mismas, le fue quitando toda la emoción al volar; ya no importaba si tocaba pasillo o ventanilla, lo que queríamos todos al subir, era descansar un rato, y no había cosa más odiosa que la voz de la azafata diciendo que no se podía fumar ni ponerse de pie en los pasillos, ¡quién iba querer ponerse de pie a las tres y media de la mañana! .

Junto a la revista del avión estaba un boletín de iglesia en donde leí una crónica sobre lo que Dios estaba haciendo en ese lugar, el texto decía: “...y el Espíritu Santo se manifestó como siempre...”; y yo me quedé pensando: ¿como siempre?, o sea que ¿en cada reunión se manifiesta igual?, o ¿es un hecho que siempre se manifiesta?.

Eso fue lo que me dio pauta a pensar como sin querer, nos vamos acostumbrando a las cosas, y sobre todo a las cosas que Dios está haciendo a través de su Espíritu Santo;¿te acuerdas de la emoción que sentiste la primera vez que te dio el gozo del Espíritu?, y cuando sentiste Su fuego; el día que mientras adorabas a Dios, de tus manos levantadas sentías como si fuera un aceite de unción; y ¿qué de ese congreso donde repentinamente sentiste el deseo de correr y gritar, o cuando entre gemidos y llanto pedías por tus familiares inconversos?, llegábamos antes de que iniciara la reunión para sentarnos lo más adelante posible y ser de los primeros en recibir algún toque del Espíritu Santo; sin embargo nos hemos ido acostumbrando a repetir esas escenas en nuestra vida y sin querer, a veces les hemos restado importancia, ahora no importa si nos sentamos adelante o atrás, si llegamos tarde o temprano, lo que queremos es que termine pronto la reunión, son tantas las veces que lo hemos vivido o visto que simplemente ya no nos emociona.


Ahora nosotros tenemos la dicha de estar dentro del impresionante “avión” de la visitación del Espíritu Santo, de sus manifestaciones; no importa cuantas veces hayamos estado en él, lo que importa es no perder ese fuego que al principio nos quemaba, hoy es momento de dejar a un lado lo que nos quiere distraer de admirar su Gracia hacia nosotros y retomar la emoción de sentir la manifestación de su presencia.

Hoy es el momento de que nuestra capacidad de asombro vuelva a renacer, sabemos que Dios es el mismo ayer hoy y siempre, pero sus manifestaciones son infinitamente variadas y con un propósito específico que a veces no podemos entender.

Y no me refiero a esas cosas que de pronto suceden en las iglesias y que se les da más importancia a las "señales" que a DIOS, esas cosas simplemente son eso, "Señales" que indican hacia donde debemos dirigir nuestra mirada, vida y fe, al Dios Eterno.

No permitas que la costumbre te robe lo que El te quiere dar, abróchate el cinturón y desde la ventanilla podrás ver como se van haciendo pequeños tus problemas, enfermedades y dolores, hasta que se desdibujen totalmente de tu vida.

Disfruta cada uno de estos “vuelos” y recuerda que en este “avión” no son necesarias las “salidas de emergencia”.





MUCHOS QUIEREN

palafoxplanet@hotmail.com
www.pacopalafox.com

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