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LA ISLA DE LA FANTASIA

by Paco Palafox


LA ISLA DE LA FANTASIA
paco palafox

1998



Hace algunos años en la televisión había un programa que se llamaba “La isla de la fantasía”, en donde en una isla lejana llegaba un grupo de personas con diferentes sueños y fantasías, con la esperanza de que se pudieran hacer realidad en esa mágica isla, y al cabo del programa, cada situación que se iba presentando era exactamente lo que pasaría si sus fantasías se hicieran realidad, al final del viaje y de su estancia en esa isla, cada participante hacía un recuento de lo que había vivido y en su mayoría quedaban muy contentos y satisfechos de haber visto hecho realidad lo que por años habían anhelado, sin embargo algunos otros terminaban con mal sabor de boca al darse cuenta de que aquello de lo cual habían soñado, no les había traído la alegría y satisfacción que ellos habían esperado.

El programa de televisión tenía mucho éxito y al termino de cada capitulo, entre la personas que lo habían visto, por lo general surgía siempre la misma pregunta: ¿y cuál sería tu fantasía?, y empezábamos a divagar en lo que nos gustaría, sin embargo ahí la realización de los sueños era algo tan fácil como comprar un boleto de avión, pero que alejado esta de la realidad ese programa, si tan sólo pudiera haber sido cierto, que felicidad habría en cada uno de nosotros, pero el reto de ser felices no se basa simplemente en un sueño que otros lo han fabricado para que nosotros simplemente nos acerquemos a disfrutarlo, sino que nosotros somos los responsables de hacer que eso que soñamos “sea”, y nosotros mismos somos los responsables de que eso no se lleve al cabo nunca.

Una enfermedad muy común en muchos de los jóvenes de este tiempo es precisamente esa, vivir en “la isla de la fantasía”, una isla en la que están solamente disfrutando, acostados, esperando que venga alguien mas a ofrecerle aquellos sueños como un bello regalo envuelto en una gran caja de colores, pero el tiempo al correr hace que esa isla se convierta no en aquel paraíso que parecía, sino en una gran cárcel de soledad, simplemente imaginando y fantaseando lo que quisieran ser o a quien se quisieran parecer, pero ahí tirados, “descansando” de hacer nada.

Tener entre veinte y treinta años hoy en día es sinónimo mundial de pertenencia a una generación tristemente identificada como la generación “equis”; equis es el símbolo de la indefinición; es una forma de nombrar el vacío, un vacío de ilusiones y proyectos, sin historia, sin pasión y sin deseo.

A los “equis” nos tocó nacer en una generación que no se puede describir así misma por hechos históricos importantes. Generaciones anteriores vivían las guerras, catástrofes o acontecimientos sociales , que definitivamente marcaban la vida y la forma de llevarla a cabo, y esto no quiere decir que hoy no sucedan cosas así, sin embargo nuestro contacto con ello ahora es sólo por medio de la televisión y a veces esto hace que le restemos la importancia que tienen.

Nuestros Padres y Abuelos vivieron las terribles guerras mundiales, hechos que marcaron su vida con una forma diferente de ver el tiempo, de aprovechar las oportunidades de vida y de la familia, la responsabilidad de cargar un arma o de cuidar a una familia, surgieron nuevas ideologías, el pensamiento de aquellos adolescentes y jóvenes tuvo un nuevo despertar, después de acontecimientos tan importantes, surgieron grandes creadores, evolucionó la industria, la vida misma aceleró su progreso y sus adelantos científicos.

Si tuviéramos que mencionar alguna guerra que haya marcado a ésta, mi generación, no fue ni siquiera aquella del Golfo Pérsico, no, la que nos marcó a todos fue la inigualable y apasionante guerra entre los rebeldes y el imperio de la famosa trilogía de “La Guerra de las Galaxias”, pero ¿qué nos dejó la huella de todo esto? y no me refiero nada más e esas películas, sino a todo el contexto de esos días, que sólo nos trajo como resultado una generación de gente inmadura que se niega a enfrentar la realidad, que no deja los cuidados de mamá ni olvida los días de la escuela, queremos sobornar al tiempo tratando de preservar la adolescencia y los juegos, soñando encontrar trabajos para llegar al medio día, vestidos en jeans y playera, con nuestro walkman siempre encendido y en donde la única preocupación del día fuera saber que grupo de rock vendrá tocar a nuestra ciudad.

Y no digo que eso este malo, de hecho a mi me encanta estar vestido de manera informal y trabajar así, sentirme en libertad, pero con la responsabilidad de trabajar, pero aquellos que ni trabajan, ni les gusta la responsabilidad de “crecer”, y nunca han “producido” algo digno de ser, son los que con su actitud han logrado que toda una generación lleve la triste bandera de la “equis”.

Pero, ¿quien inventó esta generación?, ¿don gato y su pandilla. Los picapiedra o Hanna-Barbera? ¿Acaso fueron nuestros antecesores los yuppies sólo como un plan de mercadotecnia? ¿Aquellos que aprendieron de la vida que si no eres líder no creces? Pues quién fuera que sea, lo ha logrado, pues sigue decidiendo por nosotros; hoy todos vestimos la misma ropa , nos divertimos en los mismos lugares, hablamos y pensamos igual, comemos en los mismos restaurantes rápidos, vemos las mismas películas y hasta trabajamos en los mismos lugares, todos igual, sin metas en la mente, sin sueños, algunos ya con edad de tener familia e hijos pero resistiéndose a la responsabilidad y sólo con el sueño de qué se sentiría recibir un “oscar” o ser estrella de rock mientras ven sentados los videos de MTV.

La generación equis es como una rebelión a quién sabe qué, es una rebelión sin lideres, que está en la mitad de un camino que va hacia ningún lugar, la decadencia general en todos los aspecto y el vacío de corazón es la moda...

Pero, y ¿qué hay de ti y de mi? Somos cristianos y sin embargo nos seguimos moviendo al ritmo que marca este planeta, nos seguimos conformando no sólo con ver pasar la vida sino viendo como se va todo lo que Dios quiere que nosotros realicemos, nos estamos convirtiendo en un “cristianos equis”, vamos a los congresos que van todos los cristianos, escuchamos la m˙sica que escuchan todos los cristianos, vestimos y hablamos como todos ellos, sin embargo Dios no desea que pasemos como simples “equis”, El no desea que dejemos perder una generación, El desea que tengamos sueños, metas, ilusiones y nos esforcemos en Su Presencia para marcar con Su Espíritu a esta generación que sólo vive de muerte y se llena de vacío.

Mientras escribo esto, creo que puedo imaginar a Jesucristo reaccionando a una generación así, “...El vio a las multitudes y tuvo compasión por ellas, porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas sin pastor.” Y fue cuando dijo a sus discípulos: “...la mies es mucha, mas los obreros pocos.”

Tenemos que entender lo que Dios nos está haciendo sentir, necesitamos despertar de esa falta de voluntad por hacer las cosas, de esa motivación muerta, de la frustración que cargamos para poder entender que cada generación es responsable de su propia generación, que no importa que tan viejo o joven seas, siempre tienes algo que dar, algo que ofrecer entender que no podemos seguir siendo egoístas y que afuera de nuestro “planeta cristiano” nos están esperando millones de personas, todo un mundo real para que nosotros les podamos dar la respuesta a sus preguntas y regalarles el milagro de vivir llenando su vacío, el milagro que se llama Jesucristo.




REGRESA A ÉL

www.pacopalafox.com

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